“Salud para todos, todos por la salud” es el lema sobre el que este año gira el 36º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que espera reunir a más de 3.500 personas en el Palacio Euskalduna de Bilbao del 8 al 11 de octubre.
El encuentro, aparte de haberse convertido en una de las citas científicas anuales más numerosas y de referencia para los médicos de Atención Primaria españoles, permite tomar el pulso a la atención sanitaria en el primer nivel asistencial. “Este foro científico es un excelente termómetro de la situación actual de la Atención Primaria en nuestro país, y sirve de punto de encuentro para mejorar conocimientos y habilidades”, afirma José Luis Llisterri, presidente de SEMERGEN.
Buenas y malas noticias
En lo que corresponde a SEMERGEN, la situación actual se califica como excelente. “Hemos crecido en número de socios (sobre todo en cuanto a la incorporación de médicos residentes), nuestras delegaciones en las comunidades autónomas han incrementado sus actividades y su implicación en la formación e investigación, hemos cerrado con éxito la última prueba ECOE y hemos mantenido unos buenos resultados económicos a pesar de la crisis”, destaca el doctor Llisterri.
El Congreso en sí ofrece también buenas noticias. “No solo conseguimos mantenernos en España como el único congreso médico de 4 días de duración” –apunta Llisterri– “sino que seguimos siendo uno de los congresos médicos españoles con más asistentes”. Además, “se ha batido el récord de comunicaciones, con casi un total de 2.000, lo que supone un incremento de más del 10% con respecto a nuestro anterior congreso, un verdadero hito que responde a la reorientación de SEMERGEN hacia la formación, investigación y ciencia”.
En este sentido, el presidente de SEMERGEN destaca la celebración de dos reuniones de investigadores en el marco del Congreso, una con los integrantes del pionero Estudio IBERICAN, iniciado ya hace unos meses, y cuyo objetivo es la “Identificación de la Población Española de Riesgo Cardiovascular y Renal”, y otra sobre la Red de Investigadores de Residentes (RIRES), una red recién creada que dotará al residente de una enorme capacidad para la investigación, en colaboración con compañeros de todo el país, y que lo erigirá en verdadero protagonista de su propia formación.
Sin embargo, se celebra este encuentro bajo un contexto asistencial muy mejorable. “Nada ha cambiado desde el año pasado en cuanto a la resolución de nuestras exigencias para mejorar la AP”, asegura Llisterri. Al revés, “el impacto de la crisis económica está plasmándose, por ejemplo, en menos tasas de reposición de compañeros que se prejubilan o que causan baja por enfermedad, se acrecientan la dificultades en el acceso a pruebas complementarias, hay más presión asistencial, se atiende a más personas sin compensación, se sigue limitando la asistencia a congresos médicos y a la formación…”.
De hecho, se mantienen desatendidas algunas reivindicaciones “históricas”. Entre ellas, Llisterri denuncia que “continuamos sin una historia electrónica común en todas las CC.AA. y en las diferentes provincias de una misma comunidad; esto es grave, porque crea una distancia muy inoperativa e ineficiente entre el ámbito hospitalario y Primaria”. Igualmente, se reclama el reconocimiento del tutor profesional de Medicina Familiar y Comunitaria y que se limite el cupo de un médico de AP a un máximo de 1.500 personas.