La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el año pasado un informe en el que se detallaban datos relacionados con la depresión, una enfermedad cuya prevalencia está aumentando en el mundo, un 18,4% entre 2005 y 2015, y también en España, con el 5,2% de la población afectada.
Un total de 2.408.700 españoles sufrieron depresión, un trastorno que puede caracterizarse por ser temporal o crónico, en 2015. La psiquiatra de Hospital Dr. Gálvez de Málaga, Eva Flordelis indica que “para el diagnóstico de episodio depresivo habitualmente se requiere una duración de los síntomas de al menos dos semanas, aunque períodos más cortos podrían ser aceptados si éstos fueran excepcionalmente graves o de comienzo brusco”.
Según el informe de la OMS, la depresión es la principal causa mundial de discapacidad y aumenta de forma destacada a la carga mundial general de morbilidad, y en el peor de los casos puede llevar al suicidio. Para la doctora Flordelis los síntomas son claros: “la persona que padece un episodio depresivo sufre un humor bajo, una pérdida de la capacidad de interesarse y de disfrutar de las cosas, una disminución de su vitalidad que lleva a una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo”. Y prosigue, “suele haber una disminución de la atención y concentración, una pérdida de la confianza en uno mismo con sentimientos de inferioridad e ideas de culpa junto con trastornos del sueño y del apetito”.
Destaca la psiquiatra Flordelis la importancia del trastorno depresivo recurrente, caracterizado por la aparición de episodios repetidos de depresión en los que la edad de comienzo y la gravedad, así como la duración y frecuencia de los mismos pueden ser muy variables. “Los trastornos persistentes del estado de ánimo suelen ser de intensidad fluctuante” -apunta la doctora-, y continúa: “los episodios aislados son rara vez los suficientemente intensos como para ser descritos como episodios depresivos leves”. “Dado que duran años y en algunos casos la mayor parte de la vida adulta del enfermo, suelen acarrear un considerable malestar y una serie de incapacidades”, manifiesta. Entre estas incapacidades se encuentra la Distimia, la depresión crónica del estado de ánimo, pero que no se corresponde con la descripción o las pautas para el diagnóstico de un trastorno depresivo recurrente, por su gravedad o por la duración de los episodios. “En este caso, el estado de ánimo deprimido se mantiene durante casi todo el día y durante la mayoría de los días, en un período de 2 años o mas años, durante el cual los síntomas no remiten durante más de dos meses seguidos”, explica la psiquiatra.
Los menores de 15 años también sufren depresión aunque a un nivel inferior que en los grupos de adultos. “Suele comenzar al iniciarse la edad adulta y evoluciona a lo largo de varios años, o bien es de duración indefinida”, esclarece. Flordelis subraya que los enfermos tienen a menudo días o semanas en los que refieren encontrarse bien, pero durante la mayor parte del tiempo (frecuentemente durante meses seguidos) se sienten cansados y deprimidos. “Todo les supone un esfuerzo y nada les satisface, duermen mal y se sienten incapaces de todo, aunque normalmente pueden hacer frente a las demandas básicas de la vida cotidiana”, detalla.
La psiquiatra recomienda diferentes formas de prevenir la depresión, entre ellas mantener unos hábitos de vida saludables que incluyen alimentación y sueño, así como hacer ejercicio físico con regularidad y realizar actividades que nos sean placenteras.