Izquierda Unida, a través de su concejal José Luis Alcántara, ha lamentado la actitud de la Delegada municipal de Educación, Laura Ruíz, ante la situación de los centros educativos algecireños, ampliamente criticada por las asociaciones de padres y madres y por el conjunto de la comunidad educativa local, dado que el deterioro de los mismos se ha agravado de forma considerable en los últimos cuatro años ante la desidia del Partido Popular.
Alcántara ha recordado a la edil que los inmuebles que albergan las enseñanzas de infantil y primaria son municipales: “Es competencia de los ayuntamientos mantener en condiciones adecuadas los colegios, porque son suyos y porque es su responsabilidad. Los colegios algecireños tienen en su mayoría más de 25 años, lo que se traduce en la necesidad de mantenimiento y reparaciones constantes que el Partido Popular no ha hecho, algo que se nota y mucho en cómo están los centros educativos en la actualidad”.
El número dos de la candidatura de Izquierdas Unida para las elecciones municipales ha manifestado que esta nueva “salida de tono” del PP local evidencia su intolerancia a las críticas: “Esa política de disparar a todo lo que se mueva es propia de cargos públicos que tratan de esconder su inoperancia tras una cortina de insultos contra quienes no les dan la razón. Este recurso fácil ya está muy manido y al final a quien deja en evidencia es al PP, que no cumple sus obligaciones pero quiere que todo el mundo le toque las palmas”.
Alcántara ha renovado la apuesta de su formación por una política educativa municipal que atienda las prioridades marcadas por la comunidad educativa y sus interlocutores, que fortalezca el papel del Consejo Escolar Municipal y que atienda los problemas de los colegios con diligencia, desde una acción de gobierno que sea exigente con la administración autonómica al tiempo que garantice canales de diálogo y consenso con la misma. “Algeciras necesita acuerdos y consenso para solucionar multitud de problemas. A eso nos vamos a dedicar desde Izquierda Unida. Las broncas y el pin pan pun no le sirven de nada a miles de familias que quieren que sus hijos e hijas estudien en colegios cuyas instalaciones sean seguras y cómodas, y tampoco le sirven a los profesionales que trabajan en los mismos”.