Las chinches estaban erradicadas desde hacía más de medio siglo. Sin embargo, en los últimos años su no sólo han vuelto a aparecer algunos casos, sino que en determinados núcleos se están llegando a convertir en un auténtico problema de salubridad. Las empresas de control de plagas alertan de que la demanda de gestión de este tipo de plaga llega a alcanzar hasta el 20% de servicios en los meses de calor en algunas ciudades del territorio español. Su presencia en alojamientos turísticos es especialmente preocupante, sobre todo en ciudades con afluencia de viajeros, donde la densidad de este tipo de oferta vacacional ha venido a crecer exponencialmente en los últimos años.
Y es que, si bien antes los incidentes con chinches se producían en hoteles, el problema se está trasladando ahora a los apartamentos turísticos. “La explicación es clara”, afirma la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta. “En los hoteles ya se han implementado en los últimos años protocolos de actuación con respecto a las plagas de chinches, y el personal ha recibido formación al respecto. No ocurre los mismos con este otro tipo de opción vacacional más incipiente donde todavía no se han instaurado mecanismos de prevención y control”.
Contrario a lo que se suele creer, el origen de las plagas de chinches no tiene por qué ir siempre asociado a causas higiénicas. El aumento del turismo y, consecuentemente, los desplazamientos entre países han favorecido un incremento considerable de esta especie en los últimos tiempos. No saltan ni vuelan, pero son excelentes autoestopistas y pueden ser transportados en la ropa, equipaje, muebles usados y otros objetos.
“La higiene no siempre está asociada a la proliferación de las chinches: llegan por contaminación, se alimentan de nuestra propia sangre y empiezan a proliferar y a extenderse”, explica Milagros Fernández de Lezeta, directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), que viene alertando desde los últimos años sobre el incremento de esta especie (especialmente de la chinche de la cama) y recuerda que, para ser eliminada de forma adecuada, requiere de una gestión y un control profesional que, dada la rápida proliferación de la especie, no es tarea nada sencilla.
La presencia de las chinches genera repercusiones obvias sobre la salud de las personas que la sufren, pero también puede acarrear importantes perjuicios tanto económicos como sobre la imagen del establecimiento que ocupan.
Medidas de prevención
Los profesionales alertan de que una recomendación importante es evitar emplear insecticidas domésticos, que al basar su actividad en el repelente generan el efecto contrario al pretendido extendiendo la plaga a espacios cercanos y zonas colindantes. Es muy importante por tanto que los encargados de abordar el problema sean servicios profesionales con los conocimientos específicos necesarios y que realizarán una aproximación más basada en la biología y el hábitat a la especie.
Debido a las numerosas restricciones que la Unión Europea ha ido imponiendo frente al uso de determinados productos químicos, desde la Asociación se prima la actuación preventiva como principal estrategia dentro del sector. En este punto cabe destacar el importante papel que las titulares y gestores de las instalaciones o propietarios de los alojamientos turísticos p están obligadas a desempeñar.
ANECPLA recuerda que son ellas las que deben ocuparse de vigilar activamente que la normativa se cumpla con la mayor efectividad posible mediante sus propios recursos. Si antes eran las administraciones las que auditaban al sector hostelero para comprobar la inexistencia de plagas en sus instalaciones, ahora han de ser en muchos casos los particulares de apartamentos turísticos quienes deben, de forma activa, asegurar que no cuenta con ellas, justificar cómo lo han logrado y garantizar que en un futuro podrán seguir manteniendo las mismas condiciones.